Tal como estas hormigas veo pasar una fila de señoras muy arregladas y con cara baja, algunas sollozan, otras llevan colgando de sus mano rosarios, y otras, las menos, llevan velos, ninguna de ellas viste con ropas de colores vivos, todas oscuras; el aire de su caminar denotaba perplejidad y congoja.
Las saludo al pasar y el viento sur, que corre rapido como un jamelgo suelto en la arena, trae la noticia a mi oido, ha muerto una viejecita en la calle de más arriba, era cosa de minutos y los comentarios surgieron de todos quienes la conocieron, los tipicos "era tan buena", "tan joven", "¿por que el señor se la llevo?"....
Desde tiempos inmemoriales los hombres han sentido por la muerte temor y respeto, por tan enigmatico suceso en que la vida se agota. Los antiguos habitantes de la tierra erigieron monumentos y crearon rituales para guiar a los suyos en el mundo desconocido al que se adentraban.
En la era cristiana, basados en sus escrituras y en su gran "maestro" Jesus, se ideologiso el paraiso para las gentes buenas y el infierno para las otras.
Esto, sin embargo, no son más que elucubraciones para aplacar el temor de lo desconocido que representa el proceso de morir.
Desde mi punto de vista, creo que cuando te mueres te vas y de tu existencia solo quedaran tus obras y acciones, los deudos te lloraran y recordaran, pero sin duda habras pasado por la tierra dejando al menos algun legado. No creo en el paraiso ni el infierno, solo creo en lo tangible que es la tierra y que cuando mueres solo te esperan los gusanos para hacer de ti solo polvo y remenbranzas, lo demas son solo explicaciones a algo misterioso.
Por eso vivamos el tiempo que nos toco y seamos constructores de la era en que estamos, para que las generaciones venideras reconoscan en nosotros lo sabio que fuimos.