Muchas veces había pasado cerca de el, allí estaba, inmenso, imponente, majestuoso, un testimonio centenario de aquella proeza que tantas veces habían contado mis profesores.
Desde pequeño mis vacaciones transcurrían en Talcahuano, en las canchas, y para llegar allí, necesariamente mi abuelo, ingresaba a la población por la base naval, por la puerta de los leones, marino jubilado, orgulloso lucia su t.i.n (tarjeta de identificación naval), a la que los infantes de guardia respondían con un saludo marcial, varonil, mientras eso sucedía con cada pasajero del bus, mis ojos se iban a la bahía…
Así sucedió durante años, hasta que mi tía Oriana, hija de mi abuelo en un deslumbrante hecho de patriotismo nos llevo junto a mis otros hermanos a conocer el Huascar.
Fue todo un suceso, el corazón se me salía por el pecho, no lo podía creer, estaba frente a frente a aquel pedazo flotante de historia, claro que la emoción no fue suficiente para soportar la maniobra de abordaje, debía subirme a una especie de balsa de metal, tirada por un grupo de grumetes, eran algo así de 50 metros, y ni una de mis grandes pataletas fue suficiente para no subirme, como diría mi orgulloso Padre “me subió del pellejo del culo” y una vez arriba, no me quedo mas que cerrar los ojos y esperar que la balsa llegara a la escalera, para mi mayor desgracia esta era de madera y me daba la impresión que en cualquier momento se rompería y me caería al agua, gracias a Dios nada de eso sucedió y luego de algunos terribles minutos ya era parte de la dotación del R.H “ Huascar”…
Una vez a bordo, no paraba de cantar el himno nacional, y seguía la retreta con brazas a ceñir, era verdaderamente increíble, cada lugar que pisaba era parte de la historia de nuestro país, y claro entre tanto mirar y preguntar, me tonaron unas fotos, que ya son parte de la historia de mi vida, en el recordatorio de la muerte de Prat, de Aldea y otras cuantas…
De allí, puedo recoger mi mas grande admiración por el mar por la Marina de Chile, es quizás allí, desde ese día cuando decidí ser marino… en estricto rigor Infante de Marina, es cierto que dure muy poco casi nada, pero orgulloso lucí mi uniforme, en mi pecho mi apellido y el de mi noble institución…
El Huascar es CHILENO, y lo que se gana con sangre no se devuelve por nada!!, están todos locos los que quieren hacerlo yo no olvidare jamás el sacrificio sin inigual que un grupo de compatriotas rindió por amor a su bandera, a su país, a su familia, si lo quieren en peru, vengan a buscarlo pero una vez mas chocaran con el pecho henchido, orgulloso de muchos de los nuestros que al son de un VIVA CHILE MIERDA ¡!!, NO DURADAN EN DEJAR SUS VIDAS POR DEFENDER ESTE MARAVILLOSO PAIS CONSTRUIDO CON SUEÑOS, LAGRIMAS Y SANGRE.
FINNES.