Ahora en mis años de universidad, en donde el hábito de lectura ha sido relegado por el de conocer formulas, derivadas, integrales, ecuaciones de tercer grado, de resolver las más extrañas estructuras, me han causado, lo digo sin dudarlo, una gran atrofia de mis conocimientos lectores. Que puedo decir, que cuando en algún ramo por ahí he tenido que leer un capitulo de un libro de administración (que no son más de 20 páginas) para mi ha sido como leer una enciclopedia entera, y lo digo porque no soy el único que lo piensa, bueno pensaba, puesto que me he embarcado en recobrar mi capacidad de leer y comprender lo que leo, me he comprado un par de libros y otros lo he bajado de Internet, porque estoy decido en aumentar mi conocimiento.
Al leer el blog de Antenor Lagos, sobre Lenguaje, comunicación y cultura, comprendí lo pobre que estamos de conocimiento y cultura, más aun cuando se refiere al contagio de cultura que debe imperar en nuestras casas para con nuestros hijos, la importancia del hogar en la pedagogía del contagio.
Como resultado de leer este articulo, he comprendido algunas cosas que ciertamente tienen que ver con la cultura de nuestros jóvenes, me incluyo en ello, de cómo la decadencia ha llegado para quedarse.
Como podemos dejar que las aberraciones absorban el tiempo que debemos dejar a nuestro propio crecimiento cultural, no solo el leer nos permite sumergirnos en este carro, sino que también están muchas y otras diversas formas de compenetrarse de aquello mencionado.
Me he propuesto, aunque suene un poco iluso, en construir estos espacios, para que así mi pequeño hijo pueda comprender, más temprano que yo, lo que hoy ha nacido en mí.